martes, 18 de agosto de 2009

Poesía urbana

Escribir poesía urbana es fácil, tan sólo tienes que nombrar muchas veces asfalto y hacer metáforas grises de cemento sobre ataúdes y semáforos. Claro que antes hay que añadir un par de niñas anoréxicas mendigando sueños desde un escaparate lleno de ángulos suicidas. Estudiar y comprender lo siniestro de las calles llenas de colillas y de los cruces pintados (la hierba pintada de gris y blanco siempre se vuelve roja). Hay que observar a esos jóvenes que salen de los portales desnudos de inocencia caminando por la acera con los calcetines puestos. Esos que se clavan inexperiencia en cada paso mientras los hombres de los paraguas esquivan los cristales y los niños juegan con los chicles pisoteados. No debes olvidarte de los taxis y su escuadra de palomas arco iris que recorre la ciudad presentando su función a voz en grito mientras nosotros, las polillas, giramos en torno al neón.
Ya veis que fácil...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Debe ser urbana porque leyendo me he perdido por Montera, Gran Via, Fuencarral,Corredera baja de san pablo,para volverme a encontrar otra vez en Gran Via. Y por éllo, de lo que no existe ninguna duda es de que es Poesía.¡Qué lujo tenerte, Desconocida!!

La Oveja Rosa dijo...

Trabajé en la calle Montera durante 9 años (y no trabajaba de puta que lo estás pensando), así es que Luci has dado en todo el clavo, porque esto lo escribí un día viajando en metro. No sé si es muy adecuado para este blog lo que yo escribo, porque yo tiro más a la prosa, pero bueno, se hará lo que se pueda.
Un beso nena.

Anónimo dijo...

Pué ser eh, pué ser! pero no! no fué!